Según un informe de Cáritas Española
Por Boletín Salesiano
Cáritas Española hace de conciencia colectiva cada año cuando presenta su informe en el que señala que la mitad de las familias españolas (52%) en la que hay un empleo “no disfrutan de una situación de integración plena”, situación a la que abocan “la intermitencia y precariedad” del trabajo, y que “nos está conduciendo a un escenario en el que trabajar ya no es sinónimo de integración”.
Yendo a las cifras, hay casi 2.400.000 personas con empleo (12,3% de la población que está trabajando) que se encuentran “en situación de exclusión”, en tanto que el 2,1% de este mismo colectivo se encontraría en una situación de “pobreza severa”. Además, todo ello en un horizonte complicado.
“Históricamente, el empleo se ha considerado un excelente factor de protección frente a situaciones de pobreza y exclusión. Desde hace un tiempo, esa frontera es más difusa y líquida y hay un numeroso grupo de personas que, a pesar de estar activas, deambula por el espacio de la exclusión social, probablemente como consecuencia de un empleo que combina bajos salarios, parcialidad indeseada y una temporalidad que provoca una salida recurrente del empleo”, se lee en el informe ‘La vulneración del derecho al trabajo decente: empleo y exclusión social’’ y que ha elaborado el Comité Técnico de la Fundación Foessa de Cáritas.