El trabajo realizado es inmenso y llega más allá de las personas e instituciones

Por Jaume J. Ferrando (Altinoluk, Turquía, 2 de junio)

Troyanos, Efesios y Gálatas, pueblos de la antigüedad que probablemente resulten conocidos al lector. No tan sabido es que todos ellos se situaban en territorios de la actual Turquía: un país de contrastes en el que, por historia y cultura, su sociedad merece un sereno diálogo.

Salvadas las distancias, la asociación Erasmus+ Teaching in the digital age aglutina seis centros de FP de seis países, seis diferentes realidades con sus particularidades culturales y sociales, llamados a trabajar en común, y a reflexionar sobre su propia cooperación.

Cuando después de tres cursos de relación personal y profesional se empieza a vislumbrar el final, una mirada al camino recorrido en común no deja lugar a la duda. El trabajo realizado es inmenso y llega más allá de las personas e instituciones.

No se trataba pues en este Erasmus+ únicamente de desarrollar actividades en común, de compartir buenas prácticas en el uso de las TIC, o de aplicar más y mejores metodologías educativas.

El último tramo del camino ya permite intuir el cambio experimentado en los centros, a partir de la cooperación entre profesores ilusionados. Ahora se nos permite entrever una nueva percepción de la actividad docente, más cercana a los jovenes, más próxima a la sociedad actual, más global y más colaborativa.

Estamos pues muy lejos de nuestra realidad tres años atrás. Es el momento de mirar con esperanza el futuro, conscientes que la leal cooperación entre personas e instituciones nos ayudará a ser, y a enseñar a ser, mejores ciudadanos y mejores personas.