Jorge Pastor, director pedagógico de Salesianos Juan XXIII, reflexiona sobre los proyectos europeos tras el encuentro celebrado en Valga (Estonia)

Por Redacción Salesianos Juan XXIII

Apenas tres días después, recién llegado de uno de los encuentros transnacionales de nuestro proyecto “Teaching in the digital age”, parece conveniente hacer balance, expresando y compartiendo las impresiones obtenidas a partir de la participación en el que ha sido el séptimo encuentro del proyecto.

Los proyectos europeos en los que actualmente estamos involucrados presentan dos fines concretos: en primer lugar, el intercambio de experiencias entre docentes de diferentes sistemas educativos y, en segundo lugar, la oferta de formación conjunta a los diferentes socios que, consecuentemente, deriva en beneficios para las escuelas y en la generación de sinergias. Así, profundizaré en la palabra “beneficio” que, en su definición, arroja palabras como provecho, ventaja, rentabilidad, ganancia, bien… y que es, en definitiva, una de las primeras impresiones que he podido obtener a partir de la participación en nuestro proyecto Erasmus+.

Hablamos de beneficio, no sólo personal, sino institucional, debido a la proyección que, a partir de las experiencias disfrutadas en el encuentro, debemos ofrecer al resto de compañeros y compañeras de claustro. Así, estamos manos a la obra con la organización de diversas iniciativas con la intención de poder comunicar y ofrecer a nuestros compañeros/as todo lo vivido en nuestro encuentro en Estonia.

En mi caso, he enfocado el encuentro basándome en dos dimensiones:

– Qué novedades y oportunidades se me ofrecen a partir del conocimiento de una nueva realidad educativa.

– Qué elementos propios de la acción de nuestra escuela están por encima en cuanto a calidad, rentabilidad y resultados en comparación con los observados en el encuentro.

Así, he intentado realizar esta doble reflexión. ¿Qué me puedo llevar a casa? Y, ¿qué hacemos mejor en nuestra casa?. El resultado es emocionante. Conviene tomar un poco de distancia para poder comprobar cuánto bien estamos haciendo en nuestra escuela -desde la etapa de Educación Infantil, hasta la etapa de Formación Profesional (pasando por la Primaria y la Secundaria). Y cuánto podemos mejorar, tomando como referencia nuevas realidades. Por lo tanto, conocer diferentes realidades educativas debería ser una asignatura obligatoria en nuestras titulaciones universitarias. Realizar encuentros de convivencia e intercambio de experiencias y buenas prácticas, debería ser la tónica general en el desarrollo de nuestra vida profesional. Así, todo nos hace volver, de nuevo, a la palabra beneficio.

En el caso de “Teaching in the digital age”, se nos ofrece una invitación a la innovación en cuanto a la utilización de herramientas, digitales, en una era y una sociedad, digitales. Y, cuando hablamos de innovación, por convicción salesiana, hablamos de innovación responsable y reflexionada. Así, los encuentros Erasmus+, nos ofrecen la oportunidad de observar los resultados de las diferentes herramientas innovadoras utilizadas en otras realidades y poder contrastar su viabilidad y posible introducción en nuestra realidad local.

En conclusión, desde el equipo directivo del centro, estamos plenamente convencidos del beneficio que produce la participación en los diferentes proyectos Erasmus+, por lo que seguiremos apoyando y facilitando la acción de nuestra célula Europa, actualmente con nuestras asociaciones Erasmus+ “Teaching in the digital age” e “ICT Competitions” y, próximamente, con un proyecto destinado a alumnos de Educación Primaria y Educación Secundaria.

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