Los jóvenes no se convencerán por nuestras palabras, sino por nuestro testimonio

Por Comunicación SMX

 “Somos uno es el eslogan que va a guiar nuestros esfuerzos en estos años. Partamos de la idea de que en la Inspectoría es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y estemos convencidos de que el momento presente nos pide a todos un profundo sentido de pertenencia a la Inspectoría y un compromiso firme con los jóvenes que tenemos encomendados” con estas palabras Ángel Asurmendi, superior de la Inspectoría María Auxiliadora anima a todos los que la componen y la viven a crecer en unidad.

Esta campaña inspectorial corresponde a una frase más extensa ‘Crecer en comunión de espíritu, carisma y misión entre salesianos y seglares’, sexta línea de acción del Programa Orgánico Inspectorial se elaboró al comienzo de la andadura de la nueva inspectoría en 2014.

¿Por qué esta campaña en este momento de la inspectoría?

“La clave de nuestra sostenibilidad en todos los sentidos es la unidad. Unidad como inspectoría, sintiendo y haciéndolo vida con detalles, que somos uno, que somos hijos del mismo padre, compartimos la misma fe, el mismo carisma y la misma misión. Esto es evidente, pero tenemos que hacerlo visible en gestos de fraternidad entre todas las casas, los salesianos, los seglares, los diferentes ambientes y equipos” explica el delegado inspectorial de Pastoral, Paco Pepe Pérez.

Por otro lado, también es fundamental que esto tenga una traducción a nivel local. La Comunidad Educativa Pastoral es la que ha recibido el encargo de diseñar y desarrollar un proyecto educativo con los jóvenes de cada localidad. Los jóvenes no se convencerán por nuestras palabras, sino por nuestro testimonio. Ellos mismos nos piden, así lo hemos leído en el Sínodo, un testimonio claro y coherente de fraternidad. Esto es lo que queremos y necesitamos en estos momentos, testimonio de familia, de hermandad, de fraternidad de casa que acoge incondicionalmente a todo el que se acerca. «Mirad cómo se aman» «Mirad cómo se quieren» decían de las primeras comunidades cristianas. Ojalá podamos seguir fomentando este espíritu de fraternidad entre nosotros. No formamos equipos de trabajo, formamos comunidades, familias que trabajan unidas por la promoción humana y el crecimiento cristiano de los jóvenes.