Lecturas refrescantes para jóvenes en tiempo de verano. 

Por José Miguel Burgui (Salesiano de Don Bosco). 

Nos basamos en una narración de Tagore, es un poeta bengalés, artista, dramaturgo, músico y novelista de Calcuta (1861-1941). Obtuvo el premio Nobel de literatura en 1913. Es el primer laureado del Nobel no europeo.

Narración

Iba yo mendigando de puerta en puerta, a lo largo de la calle de la aldea. En un lugar me daban una manzana, en otro un trozo de pan, en otro una espiga de trigo.

De pronto, allá a lo lejos, apareció tu carruaje de oro, parecido a un sueño maravilloso.

Me pregunté: ¿Quién será este rey de reyes?

Crecieron mis esperanzas, y pensé que los días tristes de mi vida estaban a punto de terminar, esperé que se me diera la limosna sin tener que pedirla.

El carruaje se detuvo a mi lado; la mirada del rey cayó sobre mí, y descendió con una sonrisa. Presentí que mis días de mendigo habían llegado a su fin y me quedé esperando tesoros inmensos. Había llegado el momento supremo de mi vida.

Pero Tú, bajando lentamente del carruaje te quedaste quieto ante mí y me extendiste la mano derecha diciéndome: “¿Qué tienes para darme?”

Me quedé sorprendido, un rey pidiendo limosna a un pobre.

Confuso y sin saber qué hacer, extraje de mi zurrón un grano de trigo y se lo di. Y con gesto sencillo y sonriente continuó su camino.

Pero, cuál no sería mi sorpresa cuando, al final del día, extendí sobre la vieja mesa el contenido de mi mochila y encontré en la espiga de trigo un granito de oro, el mismo que yo te había entregado horas antes, pero era de oro.

Lloré amarga y largamente por no haber tenido la generosidad suficiente para haberte entregado todo lo que poseía…