Lecturas refrescantes para jóvenes en tiempo de verano. 

Por José Miguel Burgui (Salesiano de Don Bosco). 

Un señor, con un trocito de carbón, así lo observó un joven a poca distancia, trazó en una pared de su ciudad un rostro de Jesús precioso, único; lo hizo con cierta rapidez, sencillez y cariño y con ligeros rasgos, sin color, con el negro del carbón.

El joven Xavi, que lo contempló del inicio al fin se quedó maravillado y asombrado por la maestría con el que manejaba el trocito de carbón y la dulce expresión que consiguió en un rostro lleno de ternura y bondad. No pudiendo resistir; cuando terminó, le dio un fuerte aplauso desde el lugar en que lo observaba, sentado en un banco próximo, se acercó al señor que todavía llevaba el trozo de carbón en sus tiznadas manos, le pidió que se lo regalara y le preguntó cómo había podido pintar ese rostro de Jesús tan sencillo, tierno y bello en tan poco tiempo, a lo que el señor, muy gentilmente y con toda claridad le respondió al joven Xavi que para pintar una imagen de Jesús así, hace falta llevarla muy vivo en el fondo del corazón.

Moraleja

Apreciado joven, ya sabes, lleva a Jesús vivo y querido dentro de ti y verás cómo serás capaz de dibujarlo bien y si no lo consigues que te salga como tú deseabas en la pared, sí, te saldrá perfecto y todos lo verán a través de tus obras.