Reflexiones estivales de JM Burgui

Por JM Burgui

POLÍTICOS, ¿ANUNCIO, PASARELA, CAMALEONES? ¿QUIÉN GANA?

Diez horas de viaje en bus, de Alicante a Pamplona, dan para pensar, reflexionar, regurgitar y poner por escrito cuanto sigue, en unos días de estar con un presidente y políticos en funciones.

Políticos, igualados a la mentira camuflada, es el cambio de colores del camaleón, con chaqueta, camisa y sonrisas. Se vende al primer postor. Portan caretas engañosas. Viven siempre en carnaval. Se notan por su elegancia, ya que si se lleva un traje rancio, es normal que las propuestas políticas sean rancias.

La elegancia está sobrevalorada, es esquiva, sutil y suele estar mezclada con otro tipo de ingredientes. La elegancia es una ayuda, no lo es todo, pero ayuda.

Ser elegante implica osadía, cierta valentía, implica romper barreras antes que los demás. Cuando un político lleva un buen traje, tiene empaque y presencia. La ropa trasmite poder. Los políticos y dirigentes siempre han tenido muy clara la importancia de la estética a la hora de proponer o querer transformar una sociedad, hacen uso de la presencia. ¿Te imaginas ver la presidente con pantalón corto y chancas en el Congreso?

Ir elegante, cuenta y mucho de cara a los que lo escuchan y ven.

¿Defienden los intereses de la ciudadanía? Sus discursos y mítines están llenos de promesas futuristas y beneficiosas, los vamos a encontrar en los avances y nunca en los retrocesos, así nos lo dicen con la boca llena.

El siervo, el pueblo, se lo traga y vota al más oculto, sonriente y engañoso. Éste consigue el poder, ¿para servir al pueblo o seguir ganando prestigio y € a costa del trabajador currante? Prometen lo que sea: bajar impuestos, subir pensiones. Y los pececillos caen en el anzuelo, el pájaro cae en la trampa. Se suben ellos las pagas, al jubilado un 2% y a los suyos, alcaldes y parlamentarios, un 40%. Y esto es servir al trabajador que curra y al que está parado.

Prometen el paraíso terrenal. Prometen crear puentes sin haber ni barranco ni río. Prometen puentes aéreos sin aviones. Prometen y prometen lo increíble, lo indecible y el sencillo, lo cree.

Y llegado al poder, ¿hacen aquello que ayuda y sirve al pueblo llano? ¿Cumplen sus promesas?

Hacen y llevan a cabo su conveniencia, siendo ángeles a la vista, pactan con el diablo, sin importarles el pueblo. Son lobos con piel de corderos. Sirven a sus propios intereses.

Para ganar puestos, votos y subir en la escala, un partido descubre las miserias del otro y así se van destapando engaños, encubriendo en la defensa los propios o bien hacen pactos para ganar ambos y tapar los agujeros «amistosos».

Políticos, igual a anuncios prestigiosos, presentan la cara bonita, y así muchos, lo aceptan sin condiciones y compran tal producto, compran por el envoltorio un contenido que no corresponde al bello y único vestido de pasarela.

Siempre con ocultaciones, presentando la cara bonita de la moneda, y son la moneda de cambio, dicho por ellos. En el viaje pude leer desde el bus donde viajaba: «Todo lo que sabe a calidad, lo encontrará aquí». Enorme anuncio, a la entrada de unos grandes almacenes, en Valencia y en la parada para comer, tomé un yoghourt, me entretuve leyendo, en bello vaso de plástico y a colores, con tiernas frambuesas, rojillas y con pintas, decía: «Yoghourt artesanal con leche de vaca de pasto. Frambuesas: la intensidad de la frambuesa aporta al yoghourt el auténtico sabor de los frutos del bosque. Elaborado con leche fresca de vacas que pastan en libertad. Nuestro yoghourt es apenas ácido, de delicioso sabor y textura cremosa. Con solo un 3.5% de materia grasa, su cremosidad se logra de forma natural, sin añadir nata, siguiendo un proceso de fermentación lento que se toma todo el tiempo y la dedicación necesarias».

Casi nada. Todo es natural y artesanal, casero, desde las vaquitas en libertad, el prado, no hay ácidos ni grasas. Todo ello se logra sin prisas, en un mundo siempre veloz, con fermentación lenta y tomando todo el tiempo y dedicación que necesite.

¿Quién no gozará y saboreará con placer este yoghourt de frambuesas?

Vi la fecha de caducidad y pensé que todos tenemos fecha de caducidad y volví a pensar en mente y corazón, y los partidos políticos, también y respiré.

Me lo encontré a la entrada y en grandes rótulos, en una pequeña tienda, en Alcoi, decía: “Solo marcas, solo precios mínimos, solo calidad máxima”

Y así, podríamos presentar una gran lista de anuncios prometedores, tanto en la alimentación como en el vestir y en cualquier producto a vender.

Esto sería la cara y la cruz, ¿dónde está?, ¿dónde queda?

Empieza el partido, tanto da que sea de fútbol como de otro deporte, pronto llegarán los goles y con ellos, el aplauso y silbidos del graderío.

No siempre se gana. Hay perdedores malos, quienes más se camuflaron, suelen ser los peores,

Llega el descanso y siguen en él lo privado, nuevos contactos, cambian de colores pero siempre adelante, caiga quien caiga, no nuestro equipo campeón, sí, el hundido, sin goles.

Políticos, anuncios que presentan lo ingrávido, leve, grácil y lo más bello. Eso es política, eso es publicidad. La verdad se escapa de los dedos como la arena al apresarla en la playa, como la anguila que se escurre, como huye el tiempo que es como pasearse por el interior del vientre de una ballena, como el desobediente Jonás, es como gozar de la heroína. Lo bueno está oculto y se escapa, vuela y se va, queda y resta únicamente lo vistoso.

No retratan ni hacen un selfie o foto de la realidad y sí usan la pantalla de componendas virtuales para ofrecerla con elegancia, usan el Photoshop o el Software para cambiarla y dejarla bella, bellísima, a la vista del comprador.

Parece que los humanos, grandes y chicos, nos gusta no la verdad clara, diáfana y desnuda y sí, lo vistoso y sorprendente, como si se tratase de una pasarela de modas o un desfile por la alfombra roja. Queremos siempre ganar. Deseamos ir y pasear por caminos de rosas, y que en su recorrer gocemos de su perfume, pero sin pinchazos ni espinas. Hemos de tener muy presente, que ningún camino de rosas conduce al éxito, a la gloria.

¿Por qué somos muy amigos, no digo de la mentira, que suena a verdad, sino del envoltorio, camuflaje y vestimenta, cuando bien sabemos que el hábito no hace al monje?

¿Dónde quedan los camaleones? Vencidos y sin colores.

Queridos políticos de centro, derecha, izquierda, populistas o como os llaméis, del norte, del sur, este u oeste; de este u otro continente, descubrí vuestros amaños y componendas; conmigo no contéis.

Tomad mi papeleta: en blanco.

No, no, en blanco no, ya que no tiene escaño, parece que así les interesa, y como ellos hacen las leyes, si voto en blanco, regalo mi voto al que más tiene, al mejor encubridor. No votaré en blanco y sí votaré al que crea y estime menos camuflado. Cosa que me va a ser no fácil.