Lecturas refrescantes para jóvenes en tiempo de verano.
Por José Miguel Burgui (Salesiano de Don Bosco).
Caminaban dos jóvenes por el campo y vieron unos viejos zapatos, supusieron que eran de un señor que estaba trabajando en un campo vecino. Uno de ellos le hizo esta propuesta al compañero: “Juguémosle una bromita, se los escondemos y luego nosotros, también escondidos observamos la cara que pone el hombre”
El otro compañero le respondió: “Mi querido amigo, no debemos divertirnos a expensas de este pobre agricultor. Nosotros estamos bien, ¿y él? No lo sabemos. Podríamos darle una alegría a este hombre. Colocamos un billetito en cada zapato y escondidos observamos la cara que pone…Yo dejaré 50 €, ¿Y tú?” -“Yo 20€”. Así lo hicieron
Al rato apareció el hombre al terminar su tarea. Buscó los zapatos y al ir a meter el pie, vio un billete dentro, se agachó, miró y con gran sorpresa encontró en cada uno un hermoso billete. Se preguntó qué podría haber sido aquello. Miró alrededor y los guardó en su bolsillo.
Cayó de rodillas, -los dos amigos lo estaban observando escondidos detrás de un grueso arbusto, el labrador levantó la vista al cielo y dijo en voz alta, de suerte que los amigos lo pudieron escuchar:
“Gracias, Señor. Mi esposa está enferma, nos irá muy bien este dinero y también para la comida de los hijos, gracias, mil gracias, Señor por esta mano desconocida”
Los dos jóvenes mantuvieron la emoción y se unieron en el silencio con la oración de aquel señor.
El otro amigo le dijo al segundo:
“¿No es esto mejor que la bromita que querías gastarle?”
La respuesta fue: “Jamás olvidaré esta lección recibida, dada por tu parte y la de este labrador. Ahora entiendo mejor que nunca que si das un poco, recibes mucho más.”